Los Placeres de ElMaridaje


 03 de Julio de 2012

Aire fresco, veinte grados, un sol radiante que más que calentar iluminaba ese antiguo recinto que data de 1914, unas muchas sonrisas y un cocktail de naranjilla. Así me recibieron al llegar al Panamonte Inn and Spa en Boquete, su anfitrión el renombrado Chef Charlie Collins y MasterCard Black, quienes tenían preparado un fin de semana lleno de placeres para sus clientes.

Cuando pensamos en placer se nos viene a la mente muchas de nuestras cosas favoritas: comer, beber, dormir, amar, respirar aire puro, hasta estar en total tranquilidad. Algo que entre por los ojos y podamos oler, algo que podamos saborear y que nos retroceda en el tiempo; o algo que podamos sentir y que nos conecte con la total relajación. En todo esto pensaron nuestros anfitriones desde el momento que llegamos hasta que nos tocó partir. Vivir y revivir muchos placeres fue el objetivo y he aquí el relato:

Cerca del atardecer, con el sonido del agua rozando las piedras en el caudal de un río cercano empezó el primer maridaje. Música de ambiente, poca luz, aceites aromáticos y piedras calientes haciendo presión sobre puntos por toda la espalda. “Tiene algún dolor?”, me preguntó la masajista. “Si, en la parte baja de mi espalda siento una presión y un leve dolor de cabeza.”, contesté. Era la primera vez que sentía piedras calientes sobre mi piel, quisiera poder describir más de la experiencia pero me quedaría corto, es algo que debe probar en persona. Solo recuerdo cuando el masaje inició, pero no cuando terminó. Me despertaron unos 20 minutos después de terminada la sesión. Fue muy relajante y no había el más mínimo sentimiento de estrés en mi cuerpo.

Las condiciones estaban dadas para el “regreso al terruño”; así le llamaron a la cena de bienvenida. Nos recibieron con el Salto, el aperitivo a base de naranjilla tradicional del Panamonte Inn and Spa. El Chef Charlie Collins de la mano de Jorge Jurado trabajaron para entretenernos con “Crustades de Cremini Trufados”, “Lollipops de Langosta” maridados con un vino blanco Protos Verdejo con notas de manzana y fruta tropical con excelente acidez y “Dados de Atún con Shisshimi” acompañado con el reconocido Martín Codax Albariño, perfecto para pescados y mariscos por sus toques a hierbas frescas y fruta ácida.

El olor de madera seca quemándose en la chimenea de piedra fue el escenario para recibir los sonidos del mar en el segundo plato, mi preferido: “Conchuelas selladas sobre fettucchinis de Espárragos”, un plato muy delicado que fue casado con el Lindemans Bin 99 Pinot Noir y lograron una combinación muy agradable al paladar. Una corta parada por un sorbete de hierba de limón, nos limpió las papilas gustativas y bajo ese mismo ambiente, llegó el duet de viandes, “Shortribs braseado al Merlot con un puré de cebolla con tomillo” y un “Lingote de costilla de cerdo con una compresión de camote y espinaca bio”. Suena bonito pero mejor fue el despliegue de sabores, ante mis ojos tenía una obra de arte que con tal impresión mi paladar lo confirmó y reconoció cada ingrediente que conformaba el plato. Su acompañante, el Rosemunt Cabernet Syrah, un caldo tinto con mucha personalidad que supo como complementar la pintura culinaria de los chefs. 

 Cuando ya piensas que te han sorprendido lo suficiente, llegó la fresa. Regresé a mis raíces y reviví aquellos momentos cuando era niño y mis padres me llevaban a cosechar fresas a la montaña. Ante mi tenía el avant dessert, “La Naturaleza de las fresas”: literalmente un masetero con una plantita de fresas y cuando levanté sus hojas, encontré muchas, enormes y dulces. Recordé esos momentos de gran alegría en el que competía con mis hermanos de quién encontraba más fresas. Pese a que estaba bastante satisfecho con la cena, me comí unas diez!

Para cerrar con broche de oro, llegó el gran final, un “Galette de Tomate de árbol, coco, mousse de queso de cabra y tijera”. Esta fue una delicadeza de sabores y fue el comienzo para hablar del tomate de árbol, tema de conversación de la sobre mesa; una fruta con sabor a tomate pero de notas a melocotón y un toque de acidez y dulzura. El chef se lució pero más importante, me hizo revivir muchos nuevos placeres en tan poco tiempo, esa noche me fui muy feliz y satisfecho a mi hermosa habitación.

Con el sol radiante de un nuevo amanecer entrando por el balcón de mi habitación desperté con una sinfonía de pajaritos y grillos. Empecé con el desayuno tradicional del Panamonte, que por si no lo conocen tienen que probarlo. Recuerdo que de chico era como ir de viaje los domingos, el deleite de la semana. Te sirven jugo de fruta fresca de temporada, yogurt, miel, huevos para todos los gustos, bistec encebollado, tasajo entomatado y nuestro deleite, los “pancackes”. Obviamente, todo maridado con café de altura.

La siguiente parada fue hacia la Finca Lerida. Esta es una singular finca de café donde creció nuestro anfitrión Charlie, fundada en 1922 que es reconocida mundialmente y recomendada por Robert Ridgleys en su libro “A guide to the Birds of Panama” como el lugar para encontrar Quetzales y otras aves de altura. Se encuentra a unos 1,700 metros de altura y produce “specialty coffees” que solo puedes encontrar ahí y en el extranjero. Siendo amante del café descubrí que este grano tiene tal similitud con los vinos por las notas afrutadas y tostadas que quedé literalmente en “shock”. El horizonte de mi mente se acababa de agrandar muchos millones de veces al visualizar muy superficialmente que el café no solo se marida con un desayuno o dulce como se puede imaginar pero de muchas nuevas maneras. Sin embargo, ese será otro tema en otro maridaje para poder darle el relato que se merece.

El climax de todo el evento fue la cena maridaje y clase de cocina con Charlie Collins y Jorge Jurado. “Los Sabores de la Toscana en Boquete” como lo denominaron y la casa/cocina/estudio de Charlie fue el escenario para una de las experiencias culinarias más impresionantes que hasta ahora haya vivido. Imagínate una cocina de clase mundial en un restaurante muy fino, pero viendo paso a paso como se hace cada plato, hasta metiendo las manos para darle tu toque. Para el que le gusta la cocina, el comer y el maridaje, esta es una parada obligada.

Lo quiero dejar hasta aquí porque para acompañar esta nota hay un Episodio de El Maridaje.com completo que mostrará mucho color, mucho sabor, muchas anécdotas y muchos placeres juntos que habrá que ver y repetir porque para hacer una focaccia, una velluttata de puerros con tomate, un risotto de hongos y un ragú de Ossobuco de ternera junto a Charlie Collins y MasterCard Black es una experiencia digna de ver y apreciar en su totalidad.

A esto yo lo llamo: los placeres de ElMaridaje.

Nos vemos maridando!

Los Placeres de ElMaridaje
Panamonte Inn
Panamonte Inn01
Panamonte Inn02
Panamonte Inn03
Panamonte Inn04
Panamonte Inn05
Panamonte Inn06
Panamonte Inn07

Escrito por:

Roger Gonzalez

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