Emilio Moro conquista Panamá


 29 de Junio de 2012

Emilio Moro es un intrépido, experto y apasionado del vino que busca conquistar el mundo y en esta ocasión, decidió visitar Panamá. Empacó cuatro de sus tesoros, y decidió visitar tierras canaleras y darse un paseo para conocer el paladar de los panameños. “Cruzó el charco” y se bajó del avión, con lentes oscuros, Guayabera y un sombrero de paja, de inmediato sintió el calorcito que subía por todo su cuerpo; su representante Spirit and Wine Group lo esperaba afuera del aeropuerto para ser su guía en la ciudad.

Emilio Moro nació en 1932, el mismo año en que se plantó el histórico viñedo de Finca Resalso, lo que marcó el inicio de una larga trayectoria vinícola para la familia Moro. Cincuenta y cinco (55) años después, su nieto, José Moro, decide comercializar Bodegas Emilio Moro basado en una misma pasión que ha estado presente desde hace 3 generaciones: “El vino es un arte que si sabe escuchar nos habla, nos dice cuando necesita un trasiego, cuando reposar. Es como un ser vivo que hay que entender, atender y mimar”. Emilio Moro vive en España entre 750 y 1000 metros de altura, esa es la razón de su marcado carácter y temperamento. 

El español llegó hasta el Restaurante Orígenes, en Ciudad de Panamá donde la Chef Cecilia Russo sería la encargada encontrarles la pareja perfecta a cada una de esas joyas, casarlos con sabores diferentes llenos de calor panameño sin perder el romance y la delicadeza de la madre patria. 

Cuatro vinos y tres platos para comensales ansiosos de experimentar una noche llena de el maridaje perfecto. Orígenes estaba lleno y la mirada atenta estaba en las copas que poco a poco se fueron llenando del primer invitado español.

El vino Finca Resalso inauguró la noche que se planeó especialmente para deleitar los sentidos. Este es el más joven de todos que ofrece ese carácter intrépido del viejo abuelo. Su color rojo rojizo con leves mechas azules demuestran esos pocos años de vida. En nariz es un vino que ofrece frutas rojas frescas con un fondo de madera muy leve con algo de tostado y el ácido del balsámico. Para iniciar una velada es muy equilibrado ya que es muy fresco y frutal.

El segundo vino y primer romance Emilio Moro. Su espíritu de la Ribera del Duero se presentó con orgullo en la mesa por llevar el nombre de su padre, de color cereza, aromas intensos a frutas negras en sazón muy maduras, tostados finos en equilibrio, potente en boca, toques de vainilla, balsámicos y especiados de buenas maderas y de la mano presentó a su acompañante, un platillo de raviolis de langostino relleno de bacalao con pisto manchego y anillos de cebolla. Que combinación más sutil: un plato delicado en sabor, muy fino que parecía estar abrazado de su acompañante muy cariñosamente en boca. Emilio Moro aportó y no opacó.

En el segundo romance, el vino Malleous al momento de ser servido mostró su identidad única, intenso de aroma donde predomina la fruta negra en confitura, notas balsámicas y de maderas aromáticas, sobresalen aromas especiados de clavo y café con toques minerales arcillosos. En la boca es potente y concentrado de gran equilibrio, el paso por la boca es aterciopelado, no estaba solo lo acompañaba un elegante plato de pork belly con rissotto de quinoa al curry y pepinos encurtidos. Aquí es donde un chef se gana su sal. Solo habiendo conocido al pretendiente español por un instante, Russo supo que necesitaba acompañarlo con plato complejo en confección, por su larga cocción pero explosivo en el paladar: la pancita de cerdo. Aquí el maridaje fue total armonía y mi preferido.

En el tercer romance apareció el robusto, Malleolus de Valderramiro 2007 un vino elaborado para colmar el protagonismo de su Terroir. Este pretendiente hizo su entrada en la copa de cristal con intensidad, color cereza y ribetes negros en corazón, notas de frutas en sazón dulzonas y maduras, especies y tabaco, en boca presenta taninos cremosos y tostados finos, en el posgusto cacao y frutos del bosque. Llegó con un plato que mezclaba claramente al viejo y al nuevo continente. El enlace fue con un platillo exquisito y finamente pensado, hojaldre de entrañada con judías y crema de queso mahon. Excelente escogencia del vino para maridar con carne. El maridaje fue puro complemento en este último romance.

La chef Cecilia Russo se lució al ofrecer unos platos tan variados y osados, además de presentarlos de forma atractiva, logrando que el vino resaltara y se complementara entre bocado y sorbo. 

 El Camino del vino en el restaurante Orígenes es una ventana fascinante para conocer y apreciar la belleza de disfrutar excepcionales vinos con manjares locales fusionados creativamente.

Emilio Moro
Restaurante Orígenes
Chef Cecilia Russo
Emilio Moro en Orígenes
El camino del vino en Restaurante Orígenes

Escrito por:

Roger Gonzalez

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