Sexto hoyo: Para maridar hay que conectar los sentidos


 31 de Octubre de 2012

Sexto hoyo: Para maridar hay que conectar los sentidos

Siento oportuno este hoyo para conectar los sentidos y así poder aprovechar los maridajes que haremos a futuro.

¿Qué significa conectar los sentidos? Esto podrá sonar bastante básico; en realidad lo es, sin embargo es importante practicarlo para disfrutar a plenitud todo lo que nos rodea.

Cuando realizamos cualquier actividad entran a jugar los diferentes sentidos para poder degustar, oler, ver, sentir y escuchar, y con ello logramos entender, decidir, accionar y apreciar lo que hacemos. No tenemos que usarlos todos, pero si por lo menos un par en conjunto para lograrlo. Cuando degustamos una comida junto con una bebida el papel que juegan el olfato con el gusto es imperativo, lo que me lleva a la siguiente interrogante:

¿Por qué la comida no se aprecia cuando estamos resfriados o con la nariz tapada? Porque no logramos percibir su aroma, su fragancia ni sus notas. El gusto solo percibe lo que la lengua puede sentir: lo salado, lo dulce, lo amargo y lo ácido.

Es interesante conocer que cada uno de estos sabores se perciben en un lugar distinto de la lengua, por ejemplo: lo salado en la parte frontal, lo dulce en la punta, lo amargo en la parte posterior y lo ácido en los laterales. Es por esto que cuando comemos, es su aroma lo que nos hace identificarlo y disfrutarlo.

Un ejemplo clásico es cuando degustamos vinos y cervezas donde se conectan tres de los sentidos: la vista, el olfato y el gusto. Primero se visualizan los colores y tonalidades de la bebida para determinar algunas características como la añada o la presencia de fruta y barrica en los vinos; en el caso de las cervezas, las rubias, las ámbar o las oscuras pueden ayudarnos a determinar su cuerpo. El secreto está en el olfato. Son los aromas a fruta, flores, especias, minerales, madera, cuero, caramelo, nueces, entre otros, lo que le dan la personalidad a las bebidas, a ambas, vinos y cervezas. Y, finalmente, con el gusto se percibe el grado de acidez, dulzor, amargor y salado lo que al final le da la estructura a la bebida.

De forma sencilla se puede experimentar lo anterior: tomar una copa de vino o de cerveza, taparse la nariz y darle un sorbo. En el caso de los vinos lo más notable será el nivel de acidez y en cuanto a las cervezas, su nivel de amargor. Tomar otro sorbo pero esta vez olfateando la bebida primero y mientras se toma verán como ese conjunto de aromas y fragancias marcará una clara diferencia en la degustación.

Con esto en mente, podemos terminar este hoyo con un bogey por estar tratando algo nuevo, pero satisfechos con el resultado.

Aquí me enfoqué en la gastronomía, pero la verdad es que en la vida es necesario conectar todos los sentidos para poder entender y disfrutar todo lo que nos rodea.

Escrito por:

Roger Gonzalez

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